VIDEO | El Chaqueño Palavecino hizo vibrar a Jesús María con un lleno total

Una multitud colmó el anfiteatro José Hernandez y se emocionó junto al cantor del pueblo.

Una multitud colmó el anfiteatro José Hernandez y se emocionó junto al cantor del pueblo.


El Festival de Jesús María tuvo que esperar hasta su novena jornada para volver a parecerse al de siempre. A la fiesta gaucha el combo Chaqueño Palavecino/Ulises Bueno le hizo romper el récord de asistentes de esta edición que, hasta el jueves, estaba en manos del carnaval jujeño de Los Tekis, seguido por la fiesta chayera que trajo Sergio Galleguillo.


Y aunque la presunción de la mayoría era que la noche de mayor convocatoria se iba a lograr durante la actuación de Abel Pintos, favorito si los hay en este ruedo y dueño de unas taquillas impresionantes de la era prepandemia, finalmente eso no ocurrió. Pero con la noche de este viernes, el festival ya se encamina a superar las 100 mil entradas vendidas.


Tampoco afloja la ola de calor, que ha convertido a Jesús María en una escena idéntica a la de la serie Game of Thrones, cuando Daenerys Targaryen arrasa con fuego de dragón la ciudad de Desembarco del Rey. En relación a los días anteriores, a lo largo de toda la jornada se notó mayor cantidad de gente en las filas de la boletería y en la propia ciudad desde la mañana temprano.


Sirva de recordatorio: Chaqueño Palavecino y Los Palmeras le dieron a Jesús María su mejor noche durante 2020, en la edición del récord histórico de asistentes. La esperanza era que en esta novena jornada la conjunción Palavecino y Bueno lograra algo parecido. Y se cumplió con creces.


A las 21 ya no cabía ni un alfiler y el ingreso de público era constante en los accesos. El marco le dio otro tono a las presentaciones que estaban programadas. Les permitió lucir sus repertorios, por ejemplo, a Milena Salamanca y a Los Trajinantes. Con el público feliz en las gradas y en las plateas, expectante por los números centrales, pero también acompañando a los de la previa.


En la continuidad de la programación, pudo verse un cuadro en el campo de la jineteada como para sacarle una foto con el alma. La escuadra ecuestre Herencia Criolla, con un lindo número de amazonas a caballo, permitió combinar danzas de todo tipo con la mansedumbre y nobleza de los caballos.


Fue el momento para el debut en este estadio de la bailarina clásica jesusmariense Alejandra Vicari, quien en poco más de un minuto hizo una coreografía junto al caballo que montó Fernanda Meinero, otra joven profesional con un compromiso enorme con el cuidado de los animales.


La medianoche encontró al festival carnavaleando y feliz con la energía contagiosa que trajo Kepianco y todo hacía prever que la fiesta se extendería más allá de las cinco de la madrugada.


CHAQUEÑO QUERIDO


Si hacía falta algo más para confirmar las sospechas de una noche celebratoria para el festival, era la llegada del Chaqueño Palavecino.


El cantor salteño recuperó la costumbre de su habitual ingreso a caballo, que se lució en un marco que Jesús María necesitaba espiritualmente, más allá de los dividendos económicos. Con el anfiteatro colmado, el campo se pobló rápidamente luego del paso ecuestre del artista y la fiesta terminó de cobrar forma.


Acompañado de sus músicos y del colorido de los bailarines (todos engamados en rojo, blanco y negro), el salteño le rindió homenaje a su lugar de origen luego de llegar al escenario entre una multitud que lo siguió.


?Como en otros tiempos?, dijo Palavecino al ofrecer sus primeras palabras para agradecer a los presentes y ?a la fiesta que también está afuera?, según él mismo recacó. Luego, homenajeó y recordó a Horacio Guarany con La villerita, una pieza que instaló un aroma a clásico atemporal.


A esa altura, las caras en el campo y en la tribuna desnudaban algarabía y muchas ganas de que la noche no tenga final. En tanto, Palavecino y su banda de 10 músicos demostraron una vez más que no hacen falta demasiados artificios para lograr un sonido vertebrado, que hace que la música camine. El muro Amor por siempre fueron ejemplos concretos de esa metáfora.


Minutos más tarde, mientras el Chaqueño tocaba Juan de la calle, el anillo que rodea a las tribunas del anfiteatro mostraba largas colas en cada uno de los puestos gastronómicos y mucho movimiento. Las pantallas, a su vez, confirmaban esa sensación con postales del campo de la doma repleto. Era evidente que había fiesta para largo.


Poco después, Palavecino mostró su don de anfitrión invitando primero a un niño coplero que sorprendió a todo el estadio y luego a cuatro cantantes de su provincia. Antes, el chamamé Puerto Tirol inauguró una sección especialmente dedicada al ritmo litoraleño, en la que el músico aprovechó para hacer subir a un bailarín de la platea.


El salteño mostró su humor y su picardía en varios pasajes de su presentación. Incluso, le tiró un par de ?palitos? la organización por no dejarlo cantar todo lo que él quería. La presencia de Ulises Bueno en el cierre de la jornada condicionó sus deseos, pero eso no mermó lo que fue la mayor ovación de esta edición del festival. ?Jamás voy a poder pagar el cariño de ustedes?, respondió el excolectivero.


En definitiva, el público festejó cada una de las ocurrencias de Palavecino y también sus más de 30 canciones, con las que repartió fervor y romanticismo por doquier. En el punto cúlmine, Amor salvaje y La ley y la trampa abrieron el segmento final con un doblete digno de película, con el estadio entero cantando, bailando y hasta haciendo pogo.


El final fue con una chaya, Carnaval en La Rioja, y un pequeño desaire en clave cómica. ?No podemos?, dijo Palavecino ante el pedido de un bis parte del público y del presentador Cristian Bazán. Está claro que habrá revancha. Y también, que el Chaqueño tiene un vínculo indeleble con Jesús María, un festival hecho a su medida.


 


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fuente: VOS


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