Trichaco: La historia y la esperanza
Agradecer es el arte de atraer las cosas buenas, y es un arte que Oscar Palavecino cultiva mejor que nunca.
La puesta en valor de una tierra a veces olvidada por los libros de historia, amada por los empresarios, religiosos, amantes del litio y el petroleo más que lo originario.
Es el 18 TriChaco, este Festival que se realiza en Rancho Ñato, el lugar que vió crecer al pequeño Oscar, que ahora, después de todo lo que le dió la vida, vuelve a devolver, agradecer, a pensar en los suyos, en los que conoce de toda la vida, en dar una mano, porqué de eso se trata la vida, de lo que das, solo eso nos llevamos. Y El Chaqueño da, arriba y abajo del escenario, como los grandes, Cafrune, Yupanqui.
El Trichaco es un festival que se realiza en un punto geográfico en que se unen tres países, Bolivia, Paraguay y Argentina. Lo organiza Oscar, el Chaqueño Palavecino, a beneficio de escuelas de los originarios, que están ahí, más de setenta caciques de cinco etnias diferentes. Los wichí están más cerca. Un médico me dice que la peor enfermedad es el hambre. Hoy hay arte, muchos artistas, bailarines, transeúntes temporarios. Yo entre ellos, acá en el guadal, en medio de un lugar que me lo enseñaron en los libros de historia en la escuela.
Cuatro días de una grilla de actividades que varía de artistas del folklore, cuerpos de baile, campeonato de fútbol, domadas y exhibiciones de boxeo. Nadie se queda afuera. Y están los amigos, los comprometidos cada año para que eso funcione, que viajan de distintos puntos del país.
El Chaqueño nos lleva a recorrer el lugar, esta bebiendo un speed, el se ríe y dice que parece un rockero, necesita estar despabilado, atento, tiene un festival que vendrán miles, y todo tiene que estar listo, amigos a los que no se le puede fallar, la responsabilidad de recibirlos en tu casa, dónde está enterrada tu historia. El Chaqueño describe el lugar como un historiador, de esos que olieron la tierra de la que hablan. Saluda a los originarios en su lengua y nos enseña el significado de las palabras en wichi. Este Festival, como dice el ejemplo su creador, es agradecimiento, al originario, al dueño de la tierra, a lo ancestral, a los colores, porqué los niños no pueden crecer sin lápices de colores.
Por: Iván Ferreyra. Escritor.