Ayudemos entre todos

"Hay días que compro una tira de pan y eso almuerzo": la historia de un abuelo salteño que busca trabajo para poder comer

El testimonio de una joven salteña conmovió a cientos de vecinos al visibilizar la realidad de Luis, un abuelo de 70 años que recorre la ciudad en bicicleta ofreciendo su trabajo para poder llevar comida a su mesa. Su pedido es simple: poder ganarse el sustento con dignidad.

Una profunda muestra de solidaridad comenzó a movilizarse en Salta luego de que Sofía, una joven vecina, compartiera la historia de Luis, un abuelo de 70 años que atraviesa una situación económica límite. Según relató, el hombre pedalea todos los días por distintas calles buscando trabajo, sin importar el cansancio ni el calor, con la esperanza de poder ganar lo suficiente para comer.

Sofía contó que lo vio llegar agotado y decidió escucharlo. Fue entonces cuando Luis le confesó una frase que la dejó sin palabras:
"Hay días que compro una tira de pan y eso almuerzo. No siempre llego a fin de mes."

Luis tiene más de cuarenta años de experiencia en pulido de autos, un oficio que conoce en profundidad y que realiza con dedicación. Pero, a pesar de su esfuerzo, casi no consigue trabajos. Por eso recorre la ciudad en su bicicleta, cargando sus herramientas y su esperanza intacta de encontrar a alguien que necesite de sus servicios.

El abuelo ofrece lavado y pulido de autos por $30.000 y pulido de par de ópticas por el mismo valor. Su intención es clara: no pide limosna, solo quiere trabajar para poder vivir con dignidad en un contexto económico que golpea con fuerza a los adultos mayores.

Sofía decidió hacer público su relato para tenderle una mano y apelar al corazón solidario de los salteños:
"Sé que los salteños somos muy solidarios. Este abuelito venía agitado de tanto pedalear, solo quiere trabajar. Démosle una mano, todo está feo hoy en día y más para ellos."

Quienes puedan contratar a Luis o ayudarlo de alguna manera pueden comunicarse al 3875202862.

La esperanza de Luis hoy es la misma que la de tantos adultos mayores: encontrar en su comunidad la solidaridad que les permita seguir adelante. Salta ya comenzó a tenderle la mano, y cada gesto cuenta.

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