¡Héroes de Montaña!

Voluntarios salteños dejan todo en los más arriesgados operativos de rescate

Integran el Grupo de Rescate de Montaña Salta. Desde su conformación en 2020 participaron de varios operativos. El último fue en el Nevado de Cachi, desde donde rescataron el cuerpo de Lucas Bustos.

Son deportistas, radioaficionados, psicólogos, médicos, pero por sobre todas las cosas amantes de la montaña. Se trata del Grupo de Rescate de Montaña Salta, que depende del Club Andino San Lorenzo. Es un equipo interdisciplinario que se conformó espontáneamente para la búsqueda y rescate de personas en zonas agrestes y de difícil acceso.

La iniciativa nació en agosto de 2020, cuando se disparó un alerta por el caso Analía Ibañez Sierra, una montañista a la que se le había perdido el rastro en momentos en que descendía el cerro El Pacuy (4.200 m), en el paraje Chorrillo, Campo Quijano. En aquella oportunidad, participaron de las tareas de búsqueda junto a los efectivos de la Policía, de la División Canes, guías de la zona y baqueanos. Ibañez Sierra fue hallada con vida, conciente, aunque sufría un cuadro de deshidratación y presentaba contusiones producto de una caída.

Desde entonces, el equipo de rescate de montaña fue tomando forma y continuaron especializándose en estas faenas.

Al año siguiente les tocó actuar en un operativo para hallar a Fabiana Cari, quien se había extraviado en la Quebrada de San Lorenzo. Los rescatistas encontraron a la joven en la zona denominada Los Cajones. Estaba desorientada y presentaba principio de hipotermina, según los informes oficiales. Sin embargo fue localizada a tiempo y salvó su vida. Desde entonces fueron muchos los casos en los que participaron exitosamente.

Leonardo el "Tano" Isola (48), referente del Grupo de Rescate de Montaña Salta, en diálogo con El Tribuno contó: "Estamos especializados en búsqueda y rescate en terrenos agrestes, tanto en la zona de Yungas como en alta montaña. Somos unas 30 voluntarios. No todos tenemos la misma función. Hay radioaficionados, por ejemplo, que se ocupan de las comunicaciones, un punto fundamental en este tipo de tareas". Señaló, además, que el equipo cuenta con la colaboración de la médica emergentóloga María del Valle Paul.

"La doctora Paul es montañista, lo que brinda una ventaja enorme ya que es capaz de subir hasta donde se encuentra la persona que hay que atender. El resto de los miembros contamos con capacitación en atención primaria, con las debidas certificaciones, lo que nos permite, dado el caso, estabilizar y generar las condiciones necesarias para que una personas pueda ser trasladada", detalló Isola.

Operativo en el Nevado de Cachi

El martes 9 de mayo de este año, recordó, recibieron un llamado alertando sobre un accidente en el Nevado de Cachi. La llamada provenía de la montaña, donde el guardaparques Lucas Raimundo Bustos (42) había resbalado y caído bruscamente en una zona de difícil acceso conocida como El Glaciar, a unos 5.700 msnm.

"La situación nos fue informada por un compañero de la expedición de la que formaba parte Lucas, y por dos chicos de otra expedición que dándose cuenta de lo sucedido lanzaron el alerta. Se trataba de dos montañistas, uno cordobés y otro peruano, ambos con residencia en Mendoza. Fue así que inmediatamente comenzamos a organizarnos", detalló Isola.

Formaron una de avanzada de seis personas que partió rumbo a Cachi el miércoles 10 y otro grupo lo hizo al día siguiente. La expedición fue coordinada con los guardaparques nacionales, que pusieron a disposición toda la logística y les proveyeron del equipamiento y los víveres necesarios.

"En Cachi nos juntamos con otros muchachos, policías, baqueanos y arrieros. Esto fue clave. Cargamos en mulas y caballos el material. Partió así el primer grupo, de unas 20 personas, el miércoles por la tarde. Es lejísimo. Llegamos hasta donde pudimos en camionetas, para luego comenzar la ascensión", recordó el montañista.

El salteño puso de relieve que no hubo tiempo para aclimatarse, etapa fundamental antes de subir una montaña. En esta oportunidad no había tiempo. La noche los alcanzó y armaron el primero de un total de tres campamentos. Había que recorrer cuatro horas entre uno y otro, aproximadamente. El objetivo era alcanzar los 5.700 metros para extraer el cuerpo. Se trataba de una tarea muy compleja y técnica, en la que se usaron cuerdas, anclajes y una camilla Sked. Los restos de Lucas fueron deslizados con amarres por una cascada congelada. Era un lugar muy empinado, de acuerdo a los testimonios.

"Hay familias esperando"

"Esa primera parte en el hielo fue la más peligrosa. Se trabaja a mucha altura, donde el oxígeno es escaso y el frío intenso. Hasta allí llegaron Emilio Daer, tres gendarmes especializados de San Antonio de los Cobres, tres montañistas nuestros y tres del grupo de la Policía. Fue un trabajo interinsitucional", relató.

El traslado se hizo a mano, sobre una superficie helada hasta el lugar en el que finalmente el cuerpo de Lucas fue subido a un helicóptero que lo llevó a destino. El esfuerzo fue enorme. Durante el todo el trayecto se armaron grupos de seis personas para manipular la camilla. Las condiciones del terreno en el cordón del Nevado de Cachi son muy complejas.

"Lo habíamos logrado. Creo que a todo el grupo nos motiva a enfrentar todo ese peligro y realizar ese gran esfuerzo el saber que hay familias esperando, que confían en nosotros. Seres queridos que tienen la esperanza de reencontrarse de alguna manera con los suyos", concluyó Isola.

Fuente: El Tribuno

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