Laguna de Brealito en Salta
Dentro del predio de la Estancia “Luracatao y a 20 km de la ruta nacional 40, un gran depósito natural de agua descansa a 2700 metros sobre el nivel del mar.
Dentro del predio de la Estancia “Luracatao y a 20 km de la ruta nacional 40, un gran depósito natural de agua descansa a 2700 metros sobre el nivel del mar.
Es la Laguna de Brealito que se esconde en la localidad de Seclantás en el Departamento de Molinos, Salta.
Un espejo natural de agua, resultado de un deslizamiento de rocas que formó un dique hace más de 3.000 años. Con una profundidad máxima de unos 120 metros, aunque las leyendas hablan de una laguna sin fondo conectada con el mar, con una profundidad inconmensurable, asociada a un ojo de mar.
En una zona de escazas precipitaciones y de ríos estacionarios, dentro de los Valles Calchaquíes, esta laguna sorprende por su importante acumulación de agua. Tierra de pinturas rupestres y de suelo de origen volcánico, Brealito concentra una gran variedad de fauna -especialmente aves y es frecuentada para la pesca deportiva de pejerrey-. Cuenta con un pequeño mirador desde donde se puede ver la totalidad de la laguna.
Brealito es lugar mágico, encantador. El sol naciente del amanecer, refleja la desnudez de la laguna, sus repliegues y las intimidades de las montañas.
Pero es la noche su diamante en bruto. La laguna parece iluminarse desde las profundidades y bañar los pies de los cerros. Y es la luna la encargada de generar el misterio.
Localidad de creencias populares arraigadas en las leguas de los locales. Según se dice sus profundas aguas esconden secretos monstruosos y su entorno natural es imán de secretos que superan la comprensión del hombre. Luces extrañas que surcan los cielos y siguen lentamente a su observador hasta que de pronto se pierden en el cielo. Criaturas de tamaños inconmensurables que se esconden en el lago y agitan sus aguas. Relatos de criaturas extrañas, algunas descritas como sirenas o reptiles o pejerreyes gigantes. Cultura andina en su máxima expresión.
Cuenta la leyenda que en la zona, hace mucho tiempo ya, habitaba un pueblo en pleno esplendor económico. Eran avaros, vanidosos y habían descuidado a su dios y a su iglesia. Un extranjero les advirtió del peligro que correrían de seguir así, pero no lo escucharon y lo maltrataron. El hombre se refugió en la casa de un viejo sacristán al que le advirtió que debía escapar del lugar y nunca mirar atrás, ya que el pueblo pagaría por sus pecados esa misma noche. El sacristán así lo hizo y mientas huía por la montaña escuchaba los gritos de los pobladores que sufrían. Al no poder soportar esos sonidos de dolor se dio vuelta y cuando miró a su pueblo quedó convertido en piedra. La ciudad maldita quedó sumergida bajo la laguna y aun hoy se oyen los gritos de aquellos pobladores.
La fantasía humana vuela en este escenario único, en este paisaje que comienza en el centro mismo del Parque Nacional Los Cardones. Un paisaje maravilloso que rodea al viajero que se aventura en la Cuesta del Obispo, se interna en la Recta de Tin-Tin (antiguo comino del Inca), atraviesa el pueblo de Seclantás y llega a la vera de la laguna de Brealito para comenzar un viaje hacia otro mundo.