Hoy Carlitos Balá cumple 96 años

Nacido el 13 de agosto de 1925 pudo vencer la timidez para alcanzar la fama a través del humor. Sus personajes y frases aún son recordados por generaciones.

Nacido el 13 de agosto de 1925 pudo vencer la timidez para alcanzar la fama a través del humor. Sus personajes y frases aún son recordados por generaciones.




Funebrero desde la cuna, hoy su imagen está inmortalizada en la entrada del club de sus amores en el estadio de Villa Maipú de Chacarita. Además, regaló sonrisas desde Ushuaia hasta La Quiaca con su eterno compañero Angueto y sus frases inolvidables en un país donde los tiempos no siempre han sido los mejores. Carlitos Balá es un símbolo de la cultura popular argentina que en el día de hoy cumple un año más de vida, en total 96, de haber compartido su simpatía y alegría con el mundo.






Si no fuera por el coronavirus, Balá seguiría haciendo espectáculos en cualquier sitio, pues está en su esencia. A los 94 años, por ejemplo, actuó para todos los presentes en Playa Grande, lugar donde cada verano alquila una carpa junto a su familia para disfrutar de las vacaciones.


Al día de hoy conserva las fotos que seguidores le han regalado a lo largo de los años, las cuales tiene ubicadas en alrededor de cien carpetas donde anota todo lo que sabe de cada postal. Nadie se olvida de Carlitos Balá, que aunque hoy esté guardado por la pandemia y acatando las prevenciones, en las épocas en las que no había virus y podía recorrer las calles sin ningún problema, las personas lo frenaban para saludarlo y hasta invitarlo a tomar un café. El icono del humor infantil nunca se negaba, ni a una cosa ni a la otra.


De Carlos a Carlitos

Descendiente de padre libanés y madre croata, llegaron a la Argentina en busca de una nueva vida y el 13 de agosto de 1925 trajeron al mundo a Carlos Salin Balaá en el barrio porteño de La Chacarita, de allí que sea hincha, socio y fanático del club del lugar. Don Balaá era carnicero y aquel lugar fue el primer escenario de las maravillosas historias que creaba el pequeño Carlitos. Deleitaba a los clientes con sus actuaciones pero la timidez aún estaba dentro suyo.


Norma era su hermana menor y siempre le había insistido en tomar clases de teatro, sin embargo nunca se vio capaz por la vergüenza que le daba exponerse ante otras personas aunque eso quedó atrás unos cuantos años después. Cuando tenía 30 un amigo lo invitó a probarse en el programa radial “La revista dislocada”. Allí se presentó como “Carlitos Valdez” y ganó su lugar en el programa. No obstante, al finalizar el concurso cambió su nombre artístico simplemente a Carlitos Balá.


La radio fue su lugar por mucho tiempo, pero con “La Telekermese Musical” explotó en la pantalla chica. El éxito y la sensación Balá, así como su flequillo y corte de pelo, fue rotundo y para 1964 ya tenía su propio programa, el cual llamó “El Soldado Balá”, emitido por Canal 13. Previamente ya había aparecido en algunas entregas de Susana Giménez, realizado participaciones en otros ciclos televisivos y actuado en las películas de Canuto Cañete.


Balá, marca registrada

A partir de aquel primer espacio que era solo para él, nacieron otros proyectos, todos con su apellido de por medio, como “El Clan de Balá”, “El flequillo de Balá”, “El show de Carlitos Balá”, “El circus show de Carlitos Balá” y “A jugar con Teddy y Carlitos Balá”. Todos fueron recibidos de manera extraordinaria por el público, que apoyaba -y lo sigue haciendo- cualquier cosa en la que participaba el creador del “Sumbudrule”.


En sus distintos programas llevaba consigo el famoso chupetómetro, cubículo en el cual miles y miles de niños dejaban los chupetes que ya no utilizaban. Esta idea la entregó tiempo después a Julián Weich cuando en el año 2009 visitó su programa “Justo a tiempo”, donde Balá prometió donar el recipiente para que continúe la tradición que él había comenzado.


A su vez, entre los personajes que ha realizado durante su carrera se encuentran el Indeciso, el Mago Mersoni y el inolvidable Petronilo, además de haber originado frases que aún siguen vigente en la memoria popular como la pregunta “¿qué gusto tiene la sal?” y su multitudinaria respuesta: “¡Salado!”, “Angueto quedate quieto”, “¿Un gestito de idea?” y “¡Mirá como tiemblo!”.


Reconocimientos a un grande

La misión de Balá estaba cumplida, hacer reír no es para muchos y él lo ha sabido hacer mejor que nadie. Por esto es que en múltiples oportunidades ha sido reconocido con premios y distinciones, como ocurrió en el 2010 al ser homenajeado junto a Palito Ortega, Alberto Sileoni, Manuel García Ferré y Andrea Del Boca bajo la consigna de “haber hecho feliz a una gran cantidad de niños y adolescentes entre las décadas del ’40 y ’70”. Un año antes había sido declarado Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad por la Legislatura porteña.


Asimismo, le fue otorgado un “Reconocimiento a la Trayectoria” en los Premios Martín Fierro del año 2011, también su figura está inmortalizada en una estatua en la entrada de una pizzería así como un mural de él está pintado en el ingreso del estadio de su amado Chacarita, reconociéndolo como el hincha del funebrero más reconocido a partir de una idea surgida por los aficionados.


Carlitos Balá y su carrera ha sido inspiración para muchos artistas del país para crear todo tipo de espectáculos para niños. Panam y Piñón Fijo son claros ejemplos de ello y ambos han tenido el placer de recibirlo en sus shows en diversas oportunidades en carácter de invitado especial.


En 2017 fue agasajado por Jey Mammón en el Bailando, donde en la categoría Homenajes decidió recordar al símbolo de su niñez. Cuando culminó la actuación, Balá ingresó al estudio. “Pasan las generaciones y Carlitos sigue vigente, siempre”, dijo Tinelli, quien intercambió algunas palabras con su esposa Marta que se encontraba en el lugar. Ese mismo año el Congreso de la Nación le otorgó una mención de honor por su trayectoria artística.





Fuente: La Capital 
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