El cementerio de la Santa Cruz, podría ser monumento histórico Nacional
El campo santo data de 1860 y entre sus nichos y mausoleos alberga a próceres, miembros de familias tradicionales y personajes populares.
El campo santo data de 1860 y entre sus nichos y mausoleos alberga a próceres, miembros de familias tradicionales y personajes populares.
Ubicado cerca del acceso a Salta, el cementerio de la Santa Cruz ocupa hoy una décima parte de la superficie original. Es el lugar donde descansan los restos de representantes de la historia de Salta, integrantes de las antiguas familias que hicieron a la formación de la ciudad y personajes populares que se ganaron el corazón de los salteños. Por su valor histórico, se encamina a ser reconocido como parte del patrimonio nacional.
El cementerio abarca en la actualidad 10 hectáreas, entre las que se incluyen las destinadas al cementerio israelí. En 1860 cuando se destinó este espacio para enterrar a los salteños, el predio iba desde el Portezuelo hasta el río Tinkunaco.
Si creación estuvo marcada por el crecimiento de la población de una ciudad en la que muchas familias no tenían el dinero para pagar un entierro en las parroquias de la ciudad.
Ricardo Pérez, licenciado en Geografía y Turismo, relató a El Tribuno que, por el 1800, las familias más adineradas tenían la posibilidad de pagar para que enterraran a sus seres queridos en los jardines de las capillas. Pero con el crecimiento de la población, cada vez eran más los que no tenían quién costeara este servicio y terminaban en algún terreno familiar. “Esto también ponía en riesgo la salud de la población”, expresó Pérez.
Las primeras galerías del cementerio son parte del sector más antiguo, donde están los restos de los hijos y nietos de Martín Miguel de Güemes, los tatarabuelos salteños Máxima Zorreguieta, reina de los Países Bajos, y los primeros integrantes de la familia Patrón, que luego se emparentan con los Costas.
Entre las joyas arquitectónicas que se encuentran en el pasillo de ingreso al cementerio se ubica el mausoleo construido en 1870 por Antonina de Alvarado, hija de Rudecindo Alvarado, compañero del general Martín Güemes. Este mausoleo tuvo en sus primeras épocas una placa que contaba la historia de sus padres.
Luego, los restos de Rudecindo fueron llevados al panteón de las Glorias del Norte. Este panteón es obra del fray Luis Giorgi, que trabajo también en la fachadas del convento de San Francisco y la Catedral de la Ciudad de Salta.
También sobre el pasillo de acceso se encuentran los restos de Joaquín Díaz de Bedoya, a quien se le debe el nombre del Hospital Militar de Salta y Dionicio Puch, gobernador de Salta vinculado con la familia G üemes a través de Carmen Puch de Güemes.
Otro de los mausoleos del mismo sector es de la familia Zerda, que donó gran parte de su dinero para la construcción de lo que hoy es el Colegio Salesiano, con las mejores instalaciones pedagógicas de aquella época.
También llama la atención el mausoleo de Adela Güemes de Güemes, sobrina e hija política del general, construido en 1876.
Cuando Güemes murió en La Horqueta, fue enterrado en el Chamical el 18 de junio de 1821, y luego lo trasladaron a la Catedral vieja, ubicada sobre la esquina de Mitre y Caseros, donde hoy funciona una confitería.
En 1876, los restos de Güemes se trasladaron a un mausoleo de estilo gótico, hasta que en 1918 se los lleva al Panteón de las Glorias del Norte.
Junto al mausoleo de Adela Güemes de Güemes se levanta otro monumento del cementerio, el de Evarista Corbalán y familia, que cuenta con una serie de urnas antiguas, además de cuadros y recuerdos de dedicatorias de la época. Ambos fueron obra también el religioso Luis Giorgi. Otro de los italianos que también influenció en la producción de los mausoleos en Salta, fue Noe Macchi que además diseño la iglesia de la Viña.
Riqueza histórica
El cementerio de la Santa Cruz fue declarado Patrimonio Cultural Municipal por ordenanza en 2013. En 2016, en tanto, se suscribió un Convenio de Cooperación entre la Comisión Nacional de Monumentos, de Sitios y de Bienes Históricos y la Municipalidad de la Ciudad de Salta, que ofreció el marco necesario para la ejecución de acciones concretas para preservar el predio como parte del patrimonio.
El exdirector general de Patrimonio Cultural municipal de Salta, Jorge Nieto, aseguró a El Tribuno que por ese acuerdo se lograron llevar a cabo otras obras como la restauración de la Casona de Castañares y de la Capilla del Chamical. Ambos sitios son monumentos históricos nacionales.
También se declararon con el mismo carácter, en 2019, al Colegio Nacional de Salta y los monumentos a Martín Miguel de G üemes, Facundo de Zuviría, el 20 de Febrero, el del general Juan Antonio lvarez de Arenales y el de Manuel Belgrano.
En 2017, recorrieron el cementerio de la Santa Cruz la presidenta de la Comisión Nacional, Teresa Anchorena, y Fabio Germentieri, vocal de la Comisión Nacional de Monumentos, de Sitios y Bienes Históricos y representante de la CABA ante dicha comisión.
El pasado 1 de diciembre, acompañados por el arquitecto Francesco Bandarin, referente a nivel mundial de la Unesco, informaron que en reunión plenaria de esa Comisión fue presentado el proyecto para que los cementerios de la Recoleta (1822) y el de la Chacarita (1871), ambos de Buenos Aires, junto con el de la Santa Cruz de Salta (1856), en forma simultánea sean declarados monumentos históricos nacionales en la categoría de cementerios museísticos e históricos.
Desde la oficinas de Patrimonio, lo que se busca es revalorizarl estos espacios e identificarlos como sitios de interés histórico a nivel nacional, como los cementerios de Colón en La Habana, Cuba, el de Sucre, en Bolivia, y el de Génova, en Italia.
FUENTE: EL TRIBUNO SALTA