Walter peregrina solo a la Catedral por la vida de su pequeña hija: una promesa que conmueve a la puna
En plena madrugada helada de San Antonio de los Cobres, un padre avanza solo por la Ruta 51. Walter, conocido como "Waly", peregrina rumbo a la Catedral de Salta para agradecer el milagro de la recuperación de su hijita de dos años y medio, quien estuvo al borde de la muerte. Su historia despertó emoción y solidaridad entre los vecinos.
En las frías mañanas de la puna salteña, cuando el viento corta la piel y el silencio domina el paisaje, una escena cargada de fe y amor paternal conmovió a los vecinos de San Antonio de los Cobres. Natalia, más conocida como "Nacha", salió como cada día a caminar por los alrededores cuando, a la vera de la Ruta 51, vio a un hombre avanzar solo, despacio, como quien lleva un peso enorme en el corazón pero también una luz que lo guía.
Al acercarse, lo saludó. El hombre, con los ojos brillosos y la voz quebrada, le pidió que le tomara una foto. Intrigada por la simpleza con la que caminaba y por la emoción que se adivinaba en su mirada, "Nacha" le preguntó quién era y qué lo llevaba a recorrer el extenso camino en absoluta soledad.
Según relató a La Unión de Los Andes, el caminante se presentó como Walter, aunque muchos lo llaman "Waly". Llegó la noche anterior a San Antonio de los Cobres y, tras descansar apenas unas horas -necesarias porque es diabético y acababa de colocarse insulina-, decidió emprender un largo trayecto rumbo a la Catedral de Salta. Su motivo: cumplir una promesa al Señor y la Virgen del Milagro por la recuperación de su hijita de tan solo dos años y seis meses, quien recientemente atravesó un gravísimo problema de salud que la llevó al borde de la muerte.
Aún conmovida, "Nacha" recordó: "Cuando salí a caminar a las 7:30 de la mañana encontré a esta persona caminando sola por la ruta. Me contó que iría desde San Antonio hasta Salta para agradecer por salvar a su hijita. Me sorprendió saber que no es del pueblo; llegó anoche y estaba descansando porque se había colocado insulina, es diabético. Me preocupa su seguridad, ya que no lleva ningún tipo de logística, va solo. Pido a Dios que ese padre pueda cumplir su promesa".
El testimonio de "Nacha" despertó profunda solidaridad entre los vecinos de la Puna. Muchos expresaron preocupación por la salud y seguridad de Walter, quien recorre un camino extenso, frío y solitario armado únicamente con su fe y el amor por su pequeña hija.
Quienes transiten por la Ruta 51 en los próximos días esperan poder brindarle asistencia, agua, abrigo o simplemente compañía en algún tramo del camino. Porque, aunque Walter camine solo, toda la puna late con él en este viaje de devoción, esperanza y gratitud por una vida que volvió a nacer.



