¡Fe y esperanza!

Oración para activar la medalla de San Benito y alejar a las personas negativas

Esta oración puede realizarse en casa, en un templo o en un espacio íntimo, preferiblemente con la medalla en la mano o colocada sobre el pecho.

San Benito de Nursia, es uno de los santos más venerados por su poder protector contra el mal y las influencias negativas. En estas fechas especiales, fieles en el mundo entero acuden a su intercesión para pedir protección espiritual, paz interior y fortaleza ante las adversidades. Es también una ocasión propicia para activar la medalla de San Benito, un sacramental reconocido por su eficacia para alejar peligros, tentaciones y personas con intenciones nocivas.

La medalla de San Benito no es un amuleto, sino un símbolo de fe profundamente arraigado en la tradición cristiana. Su uso está respaldado por siglos de devoción y por la autoridad de la Iglesia, que ha aprobado su diseño y bendición. En ella se encuentran inscripciones en latín que invocan la cruz de Cristo y la protección divina frente a las acechanzas del maligno.

¿Qué significa activar la medalla de San Benito?

Activar la medalla de San Benito no implica un acto mágico ni supersticioso. Se trata de una oración consciente y reverente, mediante la cual el creyente consagra el uso de la medalla a Dios, pide la intercesión del santo y se compromete a vivir en coherencia con los valores del Evangelio. Esta oración puede realizarse en casa, en un templo o en un espacio de recogimiento, preferiblemente con la medalla en la mano o colocada sobre el pecho.

San Benito es conocido por haber fundado comunidades monásticas donde reinaban la oración, el trabajo y la paz. A lo largo de su vida, enfrentó múltiples ataques espirituales y físicos, y siempre salió victorioso gracias a su fe inquebrantable. Por ello, su medalla se ha convertido en un símbolo de protección contra la envidia, la maldad, las malas energías y las personas que perturban la armonía del entorno.

En un mundo donde las relaciones humanas pueden verse afectadas por la toxicidad, la manipulación o la agresividad, muchos creyentes recurren a esta devoción como una forma de blindarse espiritualmente y mantener la serenidad.

Oración para activar la medalla de San Benito y alejar personas negativas

"Santísimo confesor del Señor; Padre y jefe de los monjes, interceded por nuestra santidad, por nuestra salud del alma, cuerpo y mente. Destierra de nuestra vida, de nuestra casa, las asechanzas del maligno espíritu. Líbranos de funestas herejías, de malas lenguas y hechicerías. Pídele al Señor, remedie nuestras necesidades espirituales, y corporales. Pídele también por el progreso de la santa Iglesia Católica; y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que así, confiado en Tu poderosa intercesión, pueda algún día en el cielo, cantar las eternas alabanzas. Amén".

¿Cómo usar la medalla después de la oración? Una vez realizada la oración, se recomienda llevar la medalla consigo, ya sea en el cuello, en una pulsera o en el bolsillo. También puede colocarse en la entrada del hogar, en el lugar de trabajo o en el vehículo. Lo importante es que su presencia sea un recordatorio constante de la fe, la protección divina y el compromiso con una vida recta.

Para quienes deseen una bendición más formal, es posible acudir a un sacerdote y solicitar la bendición específica de la medalla de San Benito, que incluye una oración especial aprobada por la Iglesia.

¿Quién era San Benito?

San Benito de Nursia fue un monje cristiano nacido en Italia hacia el año 480, considerado el padre del monacato occidental. Proveniente de una familia noble, abandonó sus estudios en Roma en busca de una vida más espiritual y retirada. Se estableció como ermitaño en una cueva en Subiaco, donde vivió en soledad, oración y penitencia. Su ejemplo atrajo a otros que buscaban una vida similar, lo que lo llevó a fundar varias comunidades monásticas.

La obra más influyente de San Benito fue la creación de la Regla de San Benito, un conjunto de normas que organizaban la vida en comunidad bajo los principios de oración, trabajo y obediencia. Esta regla, escrita con sabiduría y equilibrio, se convirtió en el modelo para la mayoría de los monasterios en Europa durante siglos. Su lema, Ora et labora (reza y trabaja), resume su visión de una vida cristiana integral, donde la espiritualidad y la labor cotidiana se complementan.

San Benito murió en el año 547 en el monasterio de Montecasino, que él mismo fundó. Su legado perdura hasta hoy no solo en la vida monástica, sino también en la espiritualidad cristiana en general. Fue proclamado patrono de Europa por el papa Pablo VI en 1964, en reconocimiento a su influencia en la formación cultural y religiosa del continente. Su figura es símbolo de disciplina, fe y resistencia frente al mal, y su medalla es ampliamente utilizada como signo de protección espiritual. /ACIPRENSA

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