En vos confío

Hoy inicia la Novena a la Santísima Virgencita de Urkupiña: Fe, devoción y esperanza en cada oración

Con profunda emoción y espíritu de recogimiento, la comunidad católica dio inicio a la Novena en honor a la Santísima Virgen de Urkupiña, una de las advocaciones marianas más queridas por los fieles de Bolivia, el norte argentino y muchos devotos en todo el mundo.

Con profunda emoción y espíritu de recogimiento, la comunidad católica dio inicio a la Novena en honor a la Santísima Virgen de Urkupiña, una de las advocaciones marianas más queridas por los fieles de Bolivia, el norte argentino y muchos devotos en todo el mundo.

Día Primero: Invocación, arrepentimiento y consagración a María La jornada comenzó con el llamado al Espíritu Santo: "¡Ven, Espíritu Santo, ven! Por medio de la poderosa intercesión del Corazón Inmaculado de María, tu amadísima esposa, ven" -una súplica repetida con fervor por los presentes, invocando la presencia divina en cada corazón.

A continuación, se rezó el tradicional Acto de Contrición (Pésame), en el cual los fieles expresaron su arrepentimiento por las ofensas a Dios y el firme propósito de evitar el pecado. La oración preparatoria, dirigida a la Virgen María, recordó su infinita ternura y poder intercesor: "Jamás se ha oído decir que uno solo de cuantos han acudido a vuestra protección haya sido desamparado".

Un corazón humilde que busca a su Madre Durante este primer día, se pidió especialmente por todos los devotos de la Virgen de Urkupiña, en un acto de entrega y confianza. La oración expresó con ternura el deseo de ser "pequeñitos", hijos fieles que caminan hacia el Dios de la Vida tomados de la mano de su Madre celestial.

También se recordó con cariño la aparición de la Virgen a una pequeña pastora en Quillacollo, Bolivia, hecho que dio origen a esta advocación y que desde entonces ha llenado de luz y fe a miles de peregrinos.

Oraciones finales: entrega total al amor de María El día concluyó con la oración final de la novena, exaltando el rol de María como intercesora poderosa, guardiana de los tesoros de la divina misericordia y dulce Madre del Redentor. "A tu nombre se abren las puertas del cielo", se proclamó, reafirmando la confianza plena en la Virgen que guía a sus hijos hacia Dios.

Finalmente, se rezó la Oración a la Virgen de Urkupiña, un momento de contemplación profunda, donde se pidió conocerla más, amarla mejor y seguirla fielmente. "No permitirás que un alma que se te consagra de veras permanezca fuera del amor de tu Hijo", se recitó con fe.

La Novena continuará en los próximos días, preparándonos para celebrar con júbilo su festividad. La Virgencita de Urkupiña, madre de los humildes y esperanza de los que sufren, sigue siendo faro de amor y consuelo para todos sus hijos.

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