Santoral

26 de agosto: día de Ceferino Namuncurá, beato y aborigen mapuche

Hijo de un cacique de la Patagonia, Ceferino Namuncurá murió a los 19 años en Roma. Salesiano venerado popularmente.

"¿Te hace falta un milagro para ser beato? Bueno, hacémelo a mí", prácticamente le ordenó a una imagen de Ceferino Namuncurá  la cordobesa Valeria Herrera de Koua, a quien le habían diagnosticado cáncer de útero.

El episodio ocurrió en el año 2000 en Bialet Massé, cuando Ceferino ya era un culto ampliamente conocido en la Patagonia. Incluso, había sido declarado venerable por el papa Pablo VI en 1972. Pero, claro, como pensó Valeria, quien había sido misionera, le faltaba un milagro.

Ceferino cumplió, porque el cáncer desapareció y Valeria y su esposo Joseph tuvieron tres hijas. El hecho convenció a las autoridades vaticanas. En 2007, el papa Benedicto XVI lo declaró beato. Pero, ¿quién fue Ceferino Namuncurá?

Nació el 26 de agosto de 1886, en Chimpay (Río Negro), hijo del cacique mapuche Manuel Namuncurá y de la cautiva chilena Rosario Burgos. El cacique practicaba la poligamia y tenía una docena de hijos.

A los dos años, Ceferino recibió el bautismo del padre salesiano Domingo Milanesio. Durante su infancia se dedicó a las tareas rurales, pero, gracias a una beca, ingresó en los talleres de la Armada, en Tigre.

Después estudió en el colegio salesiano Pío IX, en el barrio porteño de Almagro y, en 1902, debido a su estado de salud (padecía de tuberculosis) fue llevado a la escuela agrícola de Uribelarrea. Por iniciativa del vicario apostólico de la Patagonia, monseñor Cagliero, su siguiente destino fue Italia.

En ese país estudió en el colegio salesiano de Frascati y fue recibido por la reina Margarita de Saboya y el papa Pío X. No pudo cumplir con su sueño de convertirse en misionero, porque falleció el 26 de agosto de 1905, a los 19 años.

Sus restos fueron llevados a Fortín Mercedes, en el sur bonaerense, en 1924. Su devoción comenzó unos seis años después gracias al padre Luis Pedemonte.

Pero fue el domingo 11 de noviembre de 2007 cuando el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de estado y enviado papal, proclamó a Ceferino Namuncurá Beato en una ceremonia popular realizada en Chimpay, Río Negro, localidad natal del salesiano.

En 2009, sus familiares trasladaron los restos de Ceferino Namuncurá a la comunidad San Ignacio, ubicada a 60 km de Junín de los Andes.

Fuente: Clarín

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