Ahyre, el “Indio” Lucio Rojas, Guitarreros y los Izkierdos brillaron en Jesús María

Los salteños dejaron la bandera del canto en lo más alto. Foto: Festival Jesús María

Los salteños dejaron la bandera del canto en lo más alto. Foto: Festival Jesús María


Si el Festival de Jesús María logra una taquilla de 80 mil espectadores en los próximos días -cifra que se podría alcanzar con los números de este jueves, viernes, y parte del sábado-, habrá conseguido su cometido de cubrir sus costos. Por lo pronto, la octava noche le aportó algo más de 7.600 tickets y trajo un poco más alivio.


Un dato curioso: se notó un cambio de conducta respecto de la hora en que ingresan los espectadores al predio. La fiesta está habituada a que alrededor de las 19.30 se produzca un buen ingreso de gente, especialmente porque hay mucha actividad en el campo de la doma a esa hora. Pero con esta ola de calor que padece Córdoba eso no está sucediendo.


De hecho, muchos de los ingresos al anfiteatro se vienen logrando cerca de la medianoche, cuando el aire es un poco más respirable. Eso se vio durante los tres primeros días de esta semana, que fueron, además, los que produjeron los primeros llenos. Desde que arrancó esta edición, sólo una madrugada pidió saquito liviano.


Hay pocos registros contemporáneos de una ola de calor tan persistente a lo largo de un festival. Y cuando los hubo fue con lluvias por la madrugada o la mañana que ayudaron a paliar el día. En este enero, para empeorar la situación, todavía no hubo una lluvia decente.


UNA APUESTA DIFERENTE


Lo mejor de la programación de la octava velada festivalera estaba diagramado para después de la medianoche cuando iban a actuar, sin alternar con actividad en el campo de la doma, Ahyre, el Indio Lucio Rojas y La Konga.


Horas antes, en la apertura televisiva, Guitarreros encendió el fogón peñero con bellas versiones de clásicos como Lo de BalderramaLuna cautivaLa lindaZamba a Monteros. Efectivo y acompañado por las plateas.


Luego de la presencia del dúo Los Izkierdos de la Cueva, llegó el momento de la despedida del entrevero de tropillas entabladas. El espectáculo se extendió hasta pasada la medianoche y volvió a conmover al público con la belleza de esa combinación de animales de distintos pelajes ocupando casi todo el campo.


 De ahí en más, toda la atención recayó en el escenario, que sumó a la DJ An Fontan en los intervalos que quedarían entre los tres números principales.AHYRE DE MEDIANOCHE


La puesta en escena de Ahyre, cuando una ventisca traía alivio a la madrugada, fue imponente. Buen material audiovisual, efectos, juegos de luces y videos acompañando a cuatro voces absolutamente ensambladas.


No sólo sonaron bien sino también sonaron bello y con arreglos bien eléctricos, cercanos al pop. Y sigue notándose que a la batuta la lleva el ?Colo? Vasconcellos, arreglador principal, y que tiene firmadas canciones que ya son clásicos, de esas que en un festival como Jesús María las cantan todos.


A su vez, el material nuevo que estrenaron pareciera tener destino de clásico también. Cómplices (un feat con Abel Pintos) y La luna se inscriben en esa senda. Obvio que también vibran bien cuando se ponen folks. La chacarera Bella sombra inauguró un segmento de baile con unas poquitas parejas que se animaron.


El témpano, clásico de Adrián Abonizio, sonó diferente en modo Ahyre, tanto que fue posible diferenciarla de la versión de Baglietto/Garré.


¿Qué si exageró la comisión directiva dándoles una hora y media de tiempo para su show? Absolutamente, no. Ni un tema estuvo de más. Fue un derroche de talento y esta noche debieran inscribirla entre las más inspiradas.


El cierre con La noche sin ti mezclada con Himno de mi corazón, de Los Abuelos de la Nada, fue conmovedor. ?Cerrame la ocho y vámonos?, se podría haber dicho pero a la noche le quedaba mucho más.


EMBAJADOR SALTEÑO


A fuerza de canciones y de mucho trabajo, el Indio Lucio Rojas se convirtió en un dignísimo representante de Salta. En la previa y en conferencia de prensa se lo vio bien, en buena forma, y con muchas ganas de darlo todo, cosa que ocurrió cuando subió al escenario, pasadas las 2.20 de la madrugada del viernes.


Teniendo una vara bien alta a nivel espectáculo luego de la impecable actuación de Ahyre, Rojas salió a comerse el escenario que lo consagró en 2018.


En la previa había manifestado su ansiedad por volver a pisar el Martin Fierro y en el segmento que abrió su show eso quedó de manifiesto. Valió la pena ver las ganas del artista manifestadas en su primer zapateo. El mensaje era claro: había llegado el momento de rendirle honores a la chacarera del monte.


Acompañado de sus bailarines y de su potente banda (con el violín y el bandoneón como estandartes de una forma de entender la música de raíz), el Indio elevó la intensidad rítmica de la noche con una seguidilla que incluyó Soy de Salta, Yo soy el indio y De corazón a corazón.


Luego de saludar al público y remarcar la importancia de los festivales para la cultura popular, el hermano menor de Jorge Rojas (que hace tiempo ha dejado de ser ?el hermano de?, si todavía hace falta decirlo) se dedicó a cantar siempre con el Chaco salteño como referencia principal, sumando zambas carperas (La taleñita, entre los grandes momentos de la noche), sayas y más de una evocación a su lugar de origen.


?No nos olvidemos nunca de dónde venimos?, dijo Rojas, que en el dialogo con los medios había manifestado que prefería definirse como cantor antes que como artista.


Esa idiosincrasia popular está lejos de ser una postura. Por el contrario, Rojas se vale de toda una gama se recursos audiovisuales y escénicos para potenciar un mensaje que lleva tatuado en su propio ser. Conceptualmente, él sigue cantando y bailando en el mismo patio de tierra en el que mamó buena parte de su identidad.


Como aportes de color, Rojas invitó a cantar a sus colegas Christian Herrera (también salteño) y Catherine Vergnes (uruguaya). Hizo lo propio con su hermano Alfredo, que protagonizó un breve momento cumbiero. Y también se hizo tiempo para presentar a cada uno de sus músicos con una pequeña intervención instrumental.


Hacia el final, luego de un emotivo abrazo con el presentador Cristian Bazán, Rojas encaró el último tramo de su presentación y renovó repetidamente el compromiso de los presentes con el baile. Finalmente, compartió con todo el anfiteatro el último estribillo de De esas que te hacen llorar, chacarera con destino de clásico.




FUENTE: VOS


 


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